La Leyenda Negra del XIX contra Castilla y sus consecuencias pasadas y vigentes

Juan Pablo Mañueco

Extraído del libro «Castilla entre el XX y XXI, Historia y Memoria», de Juan Pablo Mañueco

Acumulación de hachas contra Castilla y el hacha del odio desde todas las ideologías y geografías, eso hizo que aparecieran las cinco taifas castellanas

Y HABÍA UN HACHA más, si no hubiere concitadas y agrupadas ya bastantes en hermandad de intenciones, todavía más afilada e hiriente contra la dama devastada por la política y la calumnia desde hace varios siglos.

El odio.

El hacha del odio sembrado contra Castilla, desde los ámbitos de poder propios y ajenos, desde tiempo inmemorial, abundantemente regados con presupuesto público casi ilimitado, tanto el odio exterior como el interno o autoodio.

Este odio contra Castilla, en parte y en determinados ambientes, es una expresión del odio contra España en esos ámbitos geográficos e ideológicos.

Pero el odio contra Castilla es más intenso, porque resulta que quienes aman mucho a España, desde el otro sector mental e ideológico, en cualquier geografía, también rechazan a Castilla…

Y diré que la “rechazan”, suavemente expresado, porque Castilla les descuadra una idea delicuescente, etérea de España que se han formado. Sin raíz y sin convergencias desde diferentes manantiales.

Aunque, en realidad, este sector ideológico también llega al “odio” contra Castilla si ésta se pone personalista, propia y afirma la verdad de su existencia y de su historia propia.

No afirmar que se habla “español” –Castilla, la tierra sin idioma propio, al parecer, cuando hasta las más parvas hablas españolas, incluso comarcanas, se autocalifican de idiomas- ocasiona incomodidades e incluso enfrenamientos con quienes habitan en esta atmósfera mental.

Y afirmar que quien descubrió América (y todos los restantes continentes, océanos y mares descubribles) fue la Corona de Castilla y sólo a través de ella España… genera el pasmo del 95 % del auditorio, y en algunos caso el estupor puede dar paso a la animadversión, al rencor y a la rabia contra quien se atrevió a decir lo evidente.

Nao Santa María, descubridora de América, con el estandarte de la Corona de Castilla en su palo mayor

Sí, el odio contra Castilla, muy extendido, muy fuerte… entre las ideologías de izquierda, de derecha y del nacionalismo periférico.

Todas estas hachas también se concitaron para que en la década de los 80 del siglo XX Castilla fuese hecha saltar en cinco taifas castellanas, que destruían y evaporaban a la común Castilla, según la planificación que alguien trazó y luego llevó a la práctica.

Castilla” más odiada que “España”, porque también la odian quienes aman mucho a España y los partidos que se sustentan en ese concepto: a ellos, “Castilla” les descuadra

ESTA ES LA SUPREMA paradoja que explica la desaparición de Castilla en los años 80 del siglo XX y la perpetuación de su ausencia hasta nuestros días. “Castilla” es el concepto más odiado en esta península. Más incluso que el concepto de “España”, que es odiado en determinados lugares y por determinadas ideologías.

Castilla además de concitar esos mismos odios que acabo de mencionar, suscita también el odio de quienes aman mucho a España, de las ideologías y partidos que se sustentan en ese amor o simplemente de quienes se sienten españoles, porque a ellos el concepto “Castilla”… les descuadra.

Habría que explicarles a los partidarios del españolismo sin partes que integren a España que eso es un error. A la España sin partes (salvo alguna manifestación folklórica) del Régimen de Franco (es decir también sin Castilla, cuya esencia se absorbía declamatoriamente por el Régimen, mientras se la estrujaba y vaciaba en la realidad) siguió las partes sin apenas España, pero entre esas partes… no se admitió a Castilla.

Ni izquierda ni derecha aceptaron tampoco a Castilla como una de esas partes de España, por lo que la situación castellana no mejoró respecto a los años anteriores.

La izquierda, mayoritariamente, con satisfacción al ver extinta a Castilla, e ignorando al castellanismo, como cuestión desfasada, cuya extinción aplaudían. La derecha, por lo general, intentando disuadir al castellanismo residual, persuadiéndole de que Castilla sólo podría retornar a ser grande después de conseguir una España grande.

No lo había sido, durante la “grandeza” del Régimen anterior, sino la principal carne picada y triturada para que se alimentara con su gente y sus despojos el resto beneficiado y favorecido del Estado.

Pero además habría que decirles a quienes sustentan la anterior idea que la realidad es exactamente la contraria: sólo una Castilla grande puede constituir una España grande, en conjunción con las restantes partes de España.

Mientras un tercio de España, que es la extensión superficial de Castilla, sea un pellejo desprovisto de tuétano y contenido, ¿qué grandeza de España cree nadie que puede conseguirse?

He dicho un tercio por referirme sólo a Castilla, pero la España vaciada, concienzudamente vaciada por unas políticas erradas, dañinas y crueles contra tanta España como es la España despoblada y deshabitada artificialmente, comprende casi toda España.

Toda la España no engordada políticamente durante el XIX y superdesarrollada y superpoblada durante los años centrales del siglo XX, los años del franquismo, que en esto fue continuador exacto de la política económica que venía ejerciendo Triespaña (Madrid, Barcelona y Bilbao) contra el resto de España.

Sin Castilla fuerte, no hay España fuerte posible, probablemente tampoco hay España, pero desde luego no hay España ininterrumpidamente habitada

CON UNA CASTILLA VACIADA y con una España vaciada no puede haber Castilla ni España fuerte. La Castilla y la España vaciada es el principal problema territorial de España, a pesar de que sea el problema territorial del que menos se hable en el Parlamento de España.

Mapa de las zonas de España en las que la densidad de población es más baja (rojo, por debajo de 8 habitantes por km2; naranja, por debajo de 12,5 habitantes por km2). Autor: Pilar Burillo, estudio SESPAS.

Del problema de Castilla, sacada de sí y saqueada de todo, no se habla jamás -ni se ha hablado nunca- en dicho lugar, evidente y tristemente.

La verdad sobre Castilla tampoco se explica en las escuelas, ni aparece en los medios de comunicación… Pero sí circula y continúa circulando, imparable, la Leyenda Negra contra Castilla.

No me refiero sólo a la Leyenda contra España (que esa también circula y afecta igualmente a Castilla), sino a la específica Leyenda contra Castilla, de la que el reduccionismo de su paisaje es uno de sus componentes.

La Leyenda Negra anticastellana es distinta, más reciente y creada y difundida desde el interior de España y no desde enemigos exteriores como ocurre con la Leyenda Negra española.

El resultado de todas estas hachas –y la indefensión política, mediática, económica… de Castilla- fue la decapitación de la bella dama.

Tal cosa decidieron las élites políticas, por las razones que fueran, la decapitación primero y, acto seguido, la desmembración de Castilla.

Las élites políticas… porque a ninguna provincia castellana jamás se le concedió el derecho a decidir en un referéndum sobre la autonomía que quería para su tierra.

Deja un comentario