Archivo por días: 24 abril, 2024

Igualdad territorial, en lugar de desigualdad oficializada

Juan Pablo Mañueco

Extraído del libro «Castilla entre el XX y XXI, Historia y Memoria», de Juan Pablo Mañueco

EN CUALQUIER CASO, LO que no puede ni debe continuar es una España de las Desigualdades Autonómicas, que es el verdadero nombre que mejor define al llamado Estado de las Autonomías.

El Estado de las Desigualdades Autonómicas actual es un confuso batiburrillo de “nacionalidades, regiones, taifas y taifillas castellanas y dos comarcas vitivinícolas ascendidas a la consideración de regiones históricas o semi-regiones históricas para seguir descomponiendo más a las taifas y taifillas castellanas”.

Hablo de “taifas castellanas” porque una taifa es el producto de la descomposición de algo precedente que las englobaba: Castilla. Las demás regiones españolas sí han sido respetadas y continúan su devenir en la España autonómica.

La única que ha sido descompuesta en taifas y taifillas es Castilla, que ha dado lugar a cinco corpúsculos en su interior. Y lo son, taifas…, ¡las cinco! Sin sentido alguno por sí solas. Ni siquiera la taifa del Duero.

Las taifas y taifillas castellanas incluyen a dos comarcas vitivinícolas, en distinto grado de descomposición

Viñedos de la Mancha en Alcázar de San Juan

Pero “La” Mancha y “La” Rioja, insisto, hasta por el artículo que las precede se sabe que son comarcas integradas en algo mayor que ellas y superior a ellas. El artículo precediendo a un territorio es el instrumento de que se sirve el idioma castellano –que tiene sus leyes aunque los políticos las perviertan todas- para indicar que lo que viene a continuación no es una entidad política, ni una entidad en sí misma, sino parte geográfica de un todo mayor, que sí tendrá ya categoría de ente por sí mismo.

Viñedos de la Rioja junto al río Ebro

Es preciso recuperar el tronco común castellano.

Tal cosa redundaría en la igualdad autonómica, frente a la desigualdad autonómica que es lo que se oficializó en los años 80 del siglo XX.

Y, dicho sea de pasada, es preciso derogar la ley de protocolo de las banderas autonómicas en el apartado que establece su orden de primacía en los actos oficiales.

Eso de que el orden de exhibición sea el de la fecha de firma de su Estatuto de Autonomía, no es sino la excusa para justificar una nueva ofensa a las demás autonomías, a las que se quedaron atrás por discriminación inicial, que no puede perpetuarse.

O se establece el orden alfabético o se respeta la primacía de las entidades que aparecen en el escudo de España, tanto en el monárquico desde el siglo XV, como en el republicano: en ello, en que respetaron esos cuarteles de su escudo ambos Regímenes se ve su historicidad. Su carácter de antiguos Estados históricos.

Escudo de España en la moneda de Una Peseta acuñada durante la Segunda República Española

Lo que no puede seguir ocurriendo es que en España, por extrañas componendas de los años 80, las autonomías con poca Historia se llamen “nacionalidades”, las comunidades con mucha Historia las fragmenten en taifas o las tengan por “regiones” de poca monta, y las comarcas vitivinícolas pasen a ser consideradas “comunidades históricas”.

Un poco de mezcolanza de conceptos puede ser inevitable, pero un exceso de revoltijo de nociones, amasijo de ideas y ensalada de pensamientos como el que existe hoy en España comienza a ser inviable, insostenible y grotesco.